En muchos sentidos podemos entender el devenir de la vida como un proceso de toma de decisiones en la que cada elección nos sitúa en un camino o en otro. En ocasiones aparecen bloqueos psicológicos que nos dificultan elegir, tomar una decisión, y si esos obstáculos no se superan conducirán a no decidir nada, que en el fondo es una decisión en si misma, que no posibilita que un problema se resuelva.
Uno de los eventos psicológicos que causan mayor malestar son las obsesiones. Las obsesiones son pensamientos que aparecen sin aviso alguno, que causan una gran perturbación y malestar en las personas que las sufren. Tiende a ser una rumia infinita que parasita nuestro pensamiento y nuestras emociones, bloquea nuestra conducta y provoca un bucle pernicioso de miedo e ira, del cuál no es fácil salir. Las personas que se obsesionan sufren un desgaste emocional tremendo.
Muchas veces, cuando discuten los miembros de una pareja, lo que hacen es mantener una lucha de poder para demostrar o demostrarse que sus razonamientos u opiniones son más válidos e incluso mejores que los del otro miembro de la pareja, es decir, se intenta "ganar" a la pareja (inconscientemente ponemos en juego y defendemos nuestra autoestima), estando más pendiente de decir lo que se quiere decir, que de entender lo que se tiene que entender, que es que, si uno pierde, los dos pierden. Solo existen dos posibles finales reales para una discusión de pareja, aquel en que los dos ganan o en el que los dos pierden. Y es que aunque uno se imponga y/o piense que lleva razón y que ha ganado la discusión, lo que en el fondo hace, con este comportamiento, es deteriorar la calidad de la relación pareja, lo que repercutirá en la calidad de la comunicación y en el nivel de afecto que se profesen en el futuro...
La mayoría de las mujeres se ven forzadas, de forma directa o indirecta, a asumir una serie de creencias, actitudes y roles con respecto a su comportamiento y hacia su propio cuerpo, con la falsa creencia de que si son fieles a este estilo de pensamiento y conducta se socializarán de forma adecuada y conseguirán satisfacción y felicidad: es el llamado "Código de la Bondad". Este código de conducta, definido por varios mandatos (de género), para supuestamente socializarse adecuadamente, representa una trampa y una amenaza, tanto para el crecimiento personal de una mujer como del colectivo, situándolo en una posición de inferioridad y sumisión, en la que en el fondo, muchas mujeres no actúan para conseguir bienestar o verdadera satisfacción consigo mismas sino principalmente para no sentirse avergonzadas o culpables respecto a otros/as; porque si la mujer decide alejarse de este código rígido de conducta va a notar casi inevitablemente sentimiento de culpa y se va a "sentir mala".
La intensidad y la frecuencia de nuestra respiración y el nivel de ansiedad que sentimos, están íntimamente relacionados. Cuando existe un peligro aumentamos el ritmo respiratorio de forma inconsciente, para aumentar el aporte de oxígeno a los músculos y estar preparados para luchar o huir de una forma más efectiva. Es decir, una respiración rápida y superficial genera una sensación de peligro y agitación, seamos conscientes o no de la amenaza que exista, a veces a nuestra propia autoestima, que conlleva una situación determinada (una reunión de trabajo, una mañana entera de gestiones, encontrar aparcamiento cuando tengo prisa, etc.).
Habitualmente se confunden los términos autoestima y autoconcepto, ya que se suele dar la definición de autoconcepto cuando se habla de autoestima. El autoconcepto (la valoración que tengo de mi mismo) lo componen la autoestima (la forma en que me relaciono conmigo mismo, es decir, la calidad de mi diálogo interior o autodiálogo), la autoeficacia (la sensación de que consigo lo que quiero o no) y la autoimagen (la satisfacción que tengo con mi cuerpo y/o con la imagen que muestro). Es decir, la autoestima formaría parte del autoconcepto, pero el autoconcepto es más amplio. También es cierto que las diferentes dimensiones del autoconcepto se relacionan y se influyen entre si aunque podemos encontrar a personas que teniendo problemas con su autoconcepto difieren en el grado de afectación de su autoestima, su autoeficacia y su autoimagen.
Queramos o no reflejamos, como sociedad y como personas, en nuestro comportamiento, en nuestras decisiones cotidianas, en cómo se cuentan las cosas, actitudes que pueden generar prejuicios, a veces de forma tácita y otras, de una manera directa. Algunas personas etiquetan a otras en una búsqueda de seguridad, por un anhelo de pertenencia, o por una necesidad de autoestima, para evitar un conflicto interior, ya que así creen que les será más fácil "leer el mundo" y situarse en él, desde una posición de superioridad. Pero deformar la realidad para que se adapte a unas creencias sesgadas y poco lógicas no es una solución, aunque permita un alivio temporal, una persona solo puede sentir paz si se trabaja primero desde dentro.
El principio básico de la Psicología Cognitiva afirma que no son los acontecimientos los que precipitan nuestras emociones sino que es cómo interpretamos dichos acontecimientos lo que va a determinar la cualidad de emoción. A veces, este pensamiento es a nivel preconsciente (un nivel de conciencia inconsciente pero muy cercano al nivel consciente) y se requiere un esfuerzo para detectarlo y otras, no es un pensamiento sino una imagen mental. En realidad, esto no es siempre así, pero digamos que en más de un 90% de los casos sí que va a serlo. Las emociones, por tanto, proceden de nuestros pensamientos, generalmente.
En su Teoría del Bienestar , Martin Seligman dirige el objetivo de la Psicología Positiva en aumentar el nivel de crecimiento personal y en desarrollar una satisfacción genuina con la propia vida y el mundo. La resiliencia es una característica de personalidad que desarrollan algunas personas, que les impulsa en la superación de adversidades significativas y además aporta crecimiento psicológico en tales circunstancias.
Muchas veces cuesta aceptar sentirnos diferentes...; preferimos estar solos/as y distraídos durante el mayor tiempo posible y eso hace que cada vez sea más difícil encontrar otros/as con los que conectar en el mundo, con lo que el problema se agrava. Pero en un mundo tan grande no es difícil encontrar quien experimenta una situación parecida. Cuesta ponerse a buscar...
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