Ése no es mi problema...

 

A veces, cuando evitamos los problemas, lo que tratamos de hacer es reducir la angustia, la ansiedad, la culpa o el miedo que sentimos al pensar en ellos. Una de las estrategias que suele utilizar el ser humano, a veces, por miedo a equivocarse, otras veces por incomodidad o angustia ante el propio problema, es echarle la culpa a los demás o hacer como si no pasara nada. Pero no nos damos cuenta de que el problema se hace cada vez más grande. A corto plazo, la ansiedad se reduce, pero aumentan la ira, la frustración y la incertidumbre. 

Este video muestra las dinámicas en las que entramos cuando no asumimos nuestra propia responsabilidad para solucionar un problema. Evitar un problema es evitar su solución.

 

Irene Mollá Balañac


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