Sobre la soledad I: Las dimensiones de la soledad y sus tipos.

Al igual que hicimos con la ira, vamos a ir publicando una serie de artículos relacionados con la soledad. El cómo vivir y elaborar los sentimientos de soledad es una de las tareas que más nos reclaman los clientes en la práctica clínica y generalmente provoca malestar y sufrimiento en muchas personas...Podríamos decir que una persona siente soledad  cuando no existen o no se perciben relaciones sociales satisfactorias. A veces, cuando sentimos soledad, pueden surgir problemas psicológicos como ansiedad, depresión, problemas con el sueño, problemas con la comida, adicciones, etc...pero, existen muchas formas diferentes de soledad,  atendiendo a las siguientes dimensiones:

- El signo subjetivo (satisfactoria o insatisfactoria): Tal vez es la dimensión más importante. Cuando la soledad es deseada y/o vista como algo positivo deja de ser un problema. Cuando la acompaña un sentimiento de abandono o pérdida suele vivirse de forma negativa y ser un problema.

-El tiempo (momentánea o duradera): No es lo mismo vivir momentos de soledad breve que soledad de forma habitual. La soledad breve no tiene por qué causar malestar, en cambio, la soledad duradera influye en el tono vital, afecta al estado de ánimo de la persona y a veces puede provocar desesperanza, desafección hacia otras persona o podemos acostumbrarnos.

-La forma de entrar en soledad (deseada o no deseada): A veces, la soledad puede ser vista como una necesidad, como un alivio, en este caso no será un problema. Lo complicado puede ser cuando una persona se ve abocada a la soledad, ya que se sentirá frustrada.

-La situación (coyuntural o estructural): Es habitual sentirnos solos después de un fracaso, una frustración o si ha ocurrido algo desagradable y, a veces, deseamos estar solos durante un tiempo; pero, si existe una red de amistades adecuadas, va a ser fácil salir de la soledad cuando queramos. Por el contrario, cuando por circunstancias sociales, psíquicas o por condiciones físicas nuestra red de relaciones es escasa hablamos de una soledad estructural.

-La estacionalidad (transitoria o terminal): La soledad transitoria es la que aparece con mayor frecuencia en la vida, es una soledad de tránsito que se termina necesariamente. En cambio, la soledad terminal es de carácter grave y profundo; es frecuente en personas muy mayores, alcohólicos crónicos, personas sin hogar y enfermos terminales.

-El grado (superficial o profundo): Depende del impacto que nos provoque el sentimiento de soledad. Si es superficial puede que nos sintamos aburridos o no sepamos qué hacer. En cambio si el grado es profundo afecta al sentido de nuestra vida y es propia de estados depresivos.

-La percepción de control sobre la salida (saber o no saber salir): La soledad se convierte en una aliada, se vive de forma valiosa, útil, como una oportunidad para conocerse mejor cuando pensamos que podemos salir de ella cuando queramos. Es más fácil aceptar la soledad cuando se ve una salida, aunque la propia soledad no haya sido elegida. En cambio, la percepción de no saber salir de un estado de soledad, el no confiar en nuestras posibilidades para terminar con la soledad, conduce al bloqueo y  produce un deterioro personal.

Estas dimensiones de la soledad se combinan entre si creando diferente tipos. Es muy diferente una soledad elegida, de la que se sabe salir que una no elegida, de la que no se sabe salir y es profunda. Al final, en la práctica, podemos agrupar todas las soledades en dos: soledad como oportunidad y soledad como problema; la soledad como oportunidad hay que buscarla y como problema hay que resolverla.

LAS DIMENSIONES DE LA SOLEDAD

La soledad como oportunidad

La soledad como problema

- Elegida

- Impuesta

- Se sabe como salir

- No se sabe cómo salir

- Momentánea

- Duradera

- Coyuntural

- Estructural

- Superficial

- Profunda

- Interna

- Reactiva o interna

- Satisfactoria

- Insatisfactoria

- Transitoria

- Terminal

La soledad se admira y se desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente. Carmen Martín Gaite.


Jesús Mendieta Martínez

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