3 formas equivocadas de relacionarte con tu pareja.

A veces nos empeñamos en relacionarnos con nuestra pareja apoyándonos en ciertas ideas o creencias , que pretenden sustentar la relación, pero que en realidad la encorsetan y la lastran:

1ª Forma equivocada: “como le quiero y quiero lo mejor para él/ella, le mejoro”, o  “conozco al/la otro/a mejor que él/ella mismo/a”. 

Comenzamos las relaciones por diferentes motivos, uno muy importante es el sentirnos aceptados por como uno/a es; cuando el cambio es impuesto, recibimos el mensaje de que no se nos quiere por como somos. La necesidad y compromiso para cambiar tiene que surgir de uno/a mismo/a, no de una imposición de pareja, para que se pueda producir ese cambio. Si la persona en el fondo no quiere cambiar, es mejor aceptarlo o buscar otra pareja.

2ª Forma equivocada: “hay que resolverlo todo por consenso” o  “desacuerdo es desamor”.

Estar de acuerdo es genial pero buscarlo como única solución es inútil y puede llegar a ser contraproducente. En la pareja existen los acuerdos, pero ello no implica tener que estar siempre de acuerdo, es decir podemos acordar algo desde la misma opinión o desde opiniones diferentes. El buscar denodadamente estar de acuerdo nos lleva en muchas ocasiones a que no sea posible acordar. Las cesiones y concesiones en pareja crean un nivel muy alto de satisfacción en la pareja, sobretodo cuando son claras y quedan explícitas. Realmente la dinámica adecuada en pareja, en este sentido,  consiste en acordar y gestionar los desacuerdos, en el que con la mano abierta decidimos ceder y conceder. Esta actitud de cesión se debe mantener equilibrada entre los miembros de la pareja.

 

3ª Forma equivocada: “en el seno de la pareja no debe de existir el interés individual”, o  “en pareja, todo ha de ser gratuito”.

Dar, dar y dar puede ser la mejor forma de "quemarse" en pareja. Además, no se suele dar sin esperar nada a cambio. En el fondo esperamos que la otra persona haga "gratis" algo, porque yo ya hice "gratis" otra cosa, es la paradoja de la "devolución gratuita". Solo lograremos hacer algo de forma desinteresada cuando no se pretenda cobrar por ello y cuando lo que haga me recompense por si mismo, por el mero hecho de hacerlo. Por ejemplo, disfrutar con la alegría que le produce a mi pareja lo que hago.

Sustentamos muchas conductas en pensamientos y emociones que proceden de estas formas de entender una relación de pareja, y no suelen funcionar, causando conflictos e insatisfacción mutua. Son maneras de pensar que nos hacen darnos una y otra vez contra una "pared". Cuando una persona que asume estas creencias deja de apoyarlas conscientemente, la sensación de bienestar en la pareja aumenta, al disminuir el nivel de estrés que provoca. Al principio, como son una comportamientos automáticos y en gran parte inconscientes, puede costar  un poco dejarlos atrás... A veces, las cosas no te dejan de importar de un día para otro, aunque uno quiera.

Jesús Mendieta Martínez


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